Un reguero de hormigas que cargan 1000 veces su peso
26.3x18 cm. | 34P. | 978-84-18690-53-2 | 1500 ejemplares
Traducido por Carlos Mayor
«Queríamos trabajar juntos e imaginar un libro hecho por los dos, concebido como un cuento minimalista a medio camino entre la fábula y el álbum ilustrado. Un libro con el que el lector tendrá que centrar su mirada a ras de suelo, fijarse en pequeños detalles y así poder contemplar un sorprendente desfile por el que pasa un cepillo de dientes, la Torre Eiffel o los restos de un picnic». —Diacritik Magazine
¿Que por qué Un reguero de hormigas que cargan 1000 veces su peso es el nuevo libro de nuestro catálogo? Pues ¡claro!, ¡porque las hormigas son asombrosas! Si en casa o en el colegio te dicen que cuando estás enamorado las mariposas revolotean en tu estómago, que la carne de burro no es transparente y que el elefante es el animal más fuerte del mundo, una de dos: o todo esto se lo ha contado Paloñeco o se han quedado dormidos viendo los documentales de David Attenborough. De no haber echado la siesta hubieran sabido inmediatamente que si hablamos de fuerza en el reino animal nos estamos refiriendo a las hormigas. Esos cuasi-microscópicos bichitos de 6 patas y 2 ó 3 miligramos de peso son una proeza de la naturaleza, porque además de perspicaces, organizadas y ligeras, ¡las hormigas son fortísimas! y capaces de transportar cosas superpesadas y de lo más variopintas de un lado a otro. Solo debes pararte a observarlas. Abre bien los ojos y ¡voilá! ahí llega el reguero. Fíjate, ¿es eso un chicle o una llave inglesa? Tal vez tengan que hacer obras en el hormiguero, ¿no? Espera ¡Mira, mira! ¿Pero qué es lo que llevan ahora? ¿Es eso la estatua de la Libertad? Pero ¿cómo es posible? Sí, es posible y tus ojos no te engañan, porque las hormigas de Loïc Urbaniak y Baptiste Filippi son capaces de levantar hasta 1000 veces su peso y hacer una mudanza en menos de lo que canta un gallo ¡Cuidado, gallo! ¡También pueden contigo! y con un pretzel, dos trozos de queso, un gato enjaulado, media pastelería, una joyería… ¡Son un no parar! Las hormigas son amigas de sus hormigas, lo comparten todo y siempre van muy elegantes. Definitivamente, son una asombrosa colonia de altos vuelos.